En Hacia el mar, Marina Arias hace varias apuestas: la primera, la que saltará a la vista de todos, es la de poner en un primer plano eso tan indefinible que se conoce como “lo cotidiano”, sin por eso transformar lo que se cuenta en algo banal e innecesario. Por el contrario, aquí esa condición está alimentada por lo siniestro; son historias que piden ser contadas, en ningún punto gratuitas.
Otra apuesta es la del lenguaje, que, ameno y rápido, nos hace olvidar que estamos ante un libro ideado y escrito por una misma persona, dada su amplitud de registros.
En una actualidad donde los libros de cuentos escasean, Hacia el mar es una muestra más de que el mercado –que parece detestar la edición de libros de cuentos– nunca tiene la razón.
Patricia Suarez - Buenos Aires 2009
